Algunos clásicos en manos de Gabriela Mistral
Entre 1924 y 1928 Gabriela Mistral escribió una serie de relatos en verso, inspirados en los cuentos de Perrault -Caperucita Roja, La Cenicienta, y La Bella Durmiente del bosque- y en Blanca Nieve en la casa de los enanos, de los hermanos Grimm. Casi un siglo después Editorial Amanuta, desde Chile, los publica, demostrando la vigencia poética de los textos, acompañados de impecables ilustraciones de Bernardita Ojeda, Paloma Valdivia, Carles Ballesteros y Carmen Cardemil. Agrega, además, en cada uno de los libros, un profundo análisis de Manuel Peña Muñoz, que establece coordenadas entre el momento en el que fueron escritos -y publicados en la prensa- y el momento de hoy; detalles que podrían pasarse por alto en una lectura rápida, vínculos con fragmentos de la Biblia, guiños en los que el oro es reemplazado por el cobre, por ejemplo, dándole a la rescritura de La Cenicienta un carácter americanista o bien, la mención de Caperucita cuando se narra La Bella durmiente, aludiendo a que en el bosque es el mismo en ambas historias, y tejiendo entonces una red que incorpora los diferentes relatos como fragmentos de un mundo complejo y vital, presente en nuestra imaginación. Lógicamente, por el vínculo al Modernismo de la autora, hay lugar para lo exótico y un interés de buscar la belleza del lenguaje línea a línea.
Caperucita Roja está escrito en endecasílabos con rima consonante en los versos pares. La musicalidad que alcanza siguiendo la versión original endulza con su vaivén rítmico. Cierta amargura fiel al original en versión de Parrault, espera al final del texto: sin embargo la belleza expresiva logra que el momento en el que el lobo devora a la niña tenga una hermosura singular: “y ha molido las carnes, y ha molido los huesos / y ha exprimido como una cereza el corazón…” Las ilustraciones son de Paloma Valdivia, que reinterpreta el texto resignificando y dándole nuevas miradas a la historia. Este libro obtuvo varios premios internacionales entre los que destacan: Mención de honor Bologna Ragazzi Award 2014, The White Reavens 2013.
La Bella durmiente del bosque, Blanca Nieve y La Cenicienta están escritos en versos octosílabos, la medida silábica más empleada en el idioma español, utilizada en gran medida en la música popular, en décimas espinelas, coplas, o cuartetos. En este caso la rima es asonante en los versos pares, remitiendo a la estructura de los romances o de gran parte de las nanas. Las ilustraciones en cada caso tienen una impronta personal y dialogan con el texto dándole vida a cada uno de los libros. También han sido premiados estos libros con mención en el Bologna Ragazzi Awards y en el New Horizons.
Si tomamos en cuenta que la Poesía también es conocida como La Cenicienta en términos editoriales, que últimamente los editores apunten a la publicación de textos en verso, y como es el caso, con el pulso firme y el manejo estilístico de Gabriela Mistral, es un síntoma de buena salud. Si además estos trabajos tienen cuidadas ediciones e ilustradores de alta calidad detrás, no se puede pedir más que salir a buscarlos y tenerlos a mano.
El rey renovó el convite
para la noche cercana.
Y las ogresas partieron
en su carroza escarlata.
Y la pobre Cenicienta
en torno al fogón quedaba;
Del fogón iba a la puerta,
empinadita del ansia.
Caperucita Roja está escrito en endecasílabos con rima consonante en los versos pares. La musicalidad que alcanza siguiendo la versión original endulza con su vaivén rítmico. Cierta amargura fiel al original en versión de Parrault, espera al final del texto: sin embargo la belleza expresiva logra que el momento en el que el lobo devora a la niña tenga una hermosura singular: “y ha molido las carnes, y ha molido los huesos / y ha exprimido como una cereza el corazón…” Las ilustraciones son de Paloma Valdivia, que reinterpreta el texto resignificando y dándole nuevas miradas a la historia. Este libro obtuvo varios premios internacionales entre los que destacan: Mención de honor Bologna Ragazzi Award 2014, The White Reavens 2013.
La Bella durmiente del bosque, Blanca Nieve y La Cenicienta están escritos en versos octosílabos, la medida silábica más empleada en el idioma español, utilizada en gran medida en la música popular, en décimas espinelas, coplas, o cuartetos. En este caso la rima es asonante en los versos pares, remitiendo a la estructura de los romances o de gran parte de las nanas. Las ilustraciones en cada caso tienen una impronta personal y dialogan con el texto dándole vida a cada uno de los libros. También han sido premiados estos libros con mención en el Bologna Ragazzi Awards y en el New Horizons.
Si tomamos en cuenta que la Poesía también es conocida como La Cenicienta en términos editoriales, que últimamente los editores apunten a la publicación de textos en verso, y como es el caso, con el pulso firme y el manejo estilístico de Gabriela Mistral, es un síntoma de buena salud. Si además estos trabajos tienen cuidadas ediciones e ilustradores de alta calidad detrás, no se puede pedir más que salir a buscarlos y tenerlos a mano.
El rey renovó el convite
para la noche cercana.
Y las ogresas partieron
en su carroza escarlata.
Y la pobre Cenicienta
en torno al fogón quedaba;
Del fogón iba a la puerta,
empinadita del ansia.